Parroquia San Felipe Apóstol

Historia de San Felipe Apóstol

La Parroquia San Felipe Apóstol comenzó en 1971 de forma modesta, celebrando misas en una marquesina y financiando su crecimiento con trullas navideñas y otras actividades. Con el esfuerzo de feligreses dedicados, ayudaron en la construcción del templo actual, ofreciendo su Tiempo, Tesoro y Talento, logrando no tan solo ampliar la infraestructura actual a lo largo de los años, sino también el espíritu de servicio y crecimiento pastoral.

Varios sacerdotes también comprometidos nos han acompañado en nuestro caminar, iniciando con Padre José Fuentes, Padre Celso Martínez, Padre Rafael Suazo durante 19 años y Padre Rodney Algarín desde 2006 hasta el presente, lo que ha permitido una estructura y familiaridad entre toda la comunidad de San Felipe.

A finales de los años 80, surgió la visión de construir un templo de mayor capacidad, que cobró impulso con la llegada del Padre Rodney Algarín y donde finalmente se logra la adquisición del terreno para el proyecto en el año 2012. Sin embargo, este sueño quedó detenido con la llegada del huracán María a Puerto Rico en el 2017. Dentro de los impactos más fuertes que recibimos, fue el cambio en los códigos de construcción lo que provoco empezar desde cero todos los planos y permisos. Mas aún, el templo actual, también sufrió daños estructurales en la planta física, las cuales nos afectaron significativamente, entre estos: áreas dentro el templo que se mojan con la lluvia y otros espacios, plafones rotos, áreas para la catequesis están sin poder utilizarlas por la seguridad de nuestros niños; el área de cocina donde se recaudaban fondos, esta clausurada por seguridad; el techo y otras áreas se vieron muy afectadas, limitando los espacios de lo que ya teníamos. En adición, el inicio de la migración de muchos de nuestros hermanos.

Luego de esto, la pandemia para el año 2020, no detuvo nuestro espíritu de salida, reuniéndonos inicialmente de manera virtual y luego las misas se realizaban en el terreno parroquial donde cada familia estaba desde su vehículo. Sin embargo, esto también aumento el deterioro de una estructura en desuso y a su vez, el daño más difícil, la disminución en la asistencia de nuestra feligresía, los servicios, ministerios y todo lo que esto envuelve.

Actualmente retomamos el principal objetivo, lograr atraer y que arda la fe de todos nuestros feligreses como la primera vez, regresando a lo que siempre llamamos “San Felipe, mi Segundo Hogar” y la ilusión de poder restaurarlo.

Las necesidades de nuestra planta física continúan y se suman el requerimiento de tener un lugar accesible para satisfacer las necesidades de nuestra población de mayor edad, proveer un espacio cómodo y con una temperatura agradable para todos los feligreses. Reparar todos los daños asociados al huracán María y de esta forma poder dar comienzo a lo que será la segunda fase de reconstruir Nuestro Nuevo Templo, teniendo siempre presente que nuestro templo espiritual lo seguiremos reforzando, así sea como comenzamos, desde una sencilla y humilde marquesina, pero llenos de la presencia de Dios en nuestras vidas.

Que así nos ayude Dios a cada uno de nosotros a trabajar arduamente para seguir el legado de ser miembros de SAN FELIPE APÓSTOL, una Parroquia Viva!!!